2 Pedro 1:12 – Por lo tanto, siempre les recordaré todas estas cosas, aun cuando ya las saben y están firmes en la verdad que se les enseñó. «Hablar los padres con sus hijos»
Envejecer trae claridad y sabiduría para lo que de verdad importa. Si deseamos que nuestros hijos conozcan su pasado y sus contratiempos, queremos dejarles un legado piadoso. Con este objetivo en mente, veamos que deberíamos hablar con nuestros hijos.
Estoy tan feliz de que Dios te haya formado
Nuestros hijos viven en un mundo donde Dios no es reconocido como el Creador, es importante que los padres les recuerden como Dios los diseñó cuidadosamente desde el vientre de su madre.
Dios te ama
Los niños aprenden mejor qué es ser amados cuando es demostrado con acciones amorosas. Decir “Te Amo” sin mostrar una pizca de amor pueden llegar a ser vacías y no sentir nada el niño o cualquier otra persona. De la misma manera, Dios, que es el Padre, Dios de amor, Perfecto, demostró el amor que por nosotros enviando a su hijo, único Hijo a la muerte, este sacrificio sería suficiente para pagar el precio de todo nuestro pecado. Dios ofrece vida nueva, eterna y llena del amor de Cristo a cualquiera que se aleje del pecado para seguir a Jesús, en una gran forma de demostrar el amor tan grande y sin comparación de nuestro Señor Jesús.
La Biblia enmarca varios recordatorios de la gran muestra de amor del Padre por nosotros. Memoriza y compártelos con tus hijos.
1 Juan 3:1 – Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él.
Juan 3:16 – Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna
Romanos 5:8 – Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
Así debes enseñarles, esto debes cultivarlo, pídele a Dios que los use como una luz que brilla como una estrella en una generación torcida y perversa. Porque de esta manera nuestros hijos y nietos encontrarán el propósito de vida y esperanza para un futuro mejor.