Agradecido con mi maravilloso Señor.
Maravilloso Señor, solo quiero agradecerte por todo. Tú me has dado a Jesús y ahora me miras como si fuera santo. No puedo entender esto porque sé lo manchado que estoy con el pecado. Padre, te agradezco por la belleza de la naturaleza. Gracias por los exuberantes bosques boscosos, las aguas cristalinas de los mares, el sol por el calor y la luz, la luna y las estrellas centelleantes que has colocado en las constelaciones para nosotros. Eres maravilloso e inspirador, Padre. ¡Te amo! Amén
Salmo 100: 4 – «¡Entrad por sus puertas con acción de gracias, y en sus atrios con alabanza! Dadle gracias ¡Bendito sea su nombre! «