Salmos 25:5 – Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza. La guía de Dios.
Esta escritura es el recordatorio que tenemos la constante necesidad de guía de Dios. El Rey David nos muestra como la necesidad de esta guía en su vida para confrontar los desafíos de la vida. Le pidió a Dios que lo guiara y que lo hiciese todo el tiempo. David busco a Dios Padre por dirección y el deseo de su corazón fue de esperar todo el día con fe inamovible. Dios siempre estuvo guiando a David y este obtuvo sus respuestas.
De la misma manera, mis hermanos y hermanas en Cristo, desead esto en vuestro corazón. Nosotros siendo cristianos debemos pedirle a Dios, nuestro redentor que nos ayude y nos abra el camino cuando recién comenzamos el día. Pedirle que nos dé una fe inamovible y que sea Él en el que pensemos cuando nos levantemos por la mañana, y el último antes de irnos a dormir, te ayudará a confrontar los desafíos diarios y Dios te guiará para que tomes lo decisión correcta para nuestra rutina diaria. Las distracciones que nos rodean, son un problema que nos aleja de Él, distrae nuestra atención y no escuchamos, pero debemos recordarnos a nosotros mismos que tenemos que orar y pedirle al Señor que esté con nosotros y nos ayude.
Te darás cuenta que cuando hacemos esto, nuestras decisiones y caminar van bien, porque confiamos y estamos en sus manos. Él nunca nos defraudará, y Él nos conducirá siempre al camino correcto. Esto debemos ponerlo en práctica, día a día y veremos fruto. Que Dios nos bendiga y obedezcamos su palabra. Amén.